El ciclo del maíz es un proceso clave para la agricultura y para el abastecimiento de cadenas productivas que van mucho más allá del campo. Es esencial para la alimentación humana y animal, también está cada vez más presente en la producción de energía e insumos industriales.
Por lo tanto, es fácil ver que el maíz tiene un papel estratégico en la dinámica global de oferta y demanda, especialmente en un escenario de alta volatilidad y creciente necesidad de gestionar los riesgos financieros.
En este artículo, comprenderá:
¡Buena lectura!
El maíz es uno de los productos agrícolas más producidos y comercializados del mundo. Además de tener un peso estratégico para la seguridad alimentaria, este grano desempeña un papel fundamental en diferentes sectores, como la alimentación humana, la alimentación animal y la producción de derivados industriales, como el etanol.
En 2023, por ejemplo, Brasil se consolidó como el mayor exportador mundial de maíz, superando a Estados Unidos. Este rendimiento está directamente relacionado con la evolución de las técnicas agrícolas, el aumento de la productividad y la adaptación del cultivo a diferentes regiones y épocas del año.
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En general, el ciclo de producción del maíz varía entre 120 y 150 días, dependiendo de la variedad utilizada, las condiciones climáticas de la región y el sistema de cultivo empleado.
Germinación y emergencia (entre 0 y 1 semana después de la siembra).
Crecimiento vegetativo (de 1 a 8 semanas después de la emergencia)
Período reproductivo (9 a 10 semanas después de la emergencia)
Maduración fisiológica y cosecha (entre las 11 y las 21 semanas después de la emergencia)
Una de las razones del protagonismo brasileño en la exportación de maíz es la posibilidad de producir en das épocas diferentes a lo largo del año:
Se siembra entre septiembre y diciembre, principalmente en las regiones sur y sudeste. La cosecha se realiza entre febrero y mayo.
Se siembra entre enero y abril, justo después de la cosecha de la soja. Actualmente, la cosecha secundaria representa más del 70 % de la producción total de maíz en el país, especialmente en estados como Mato Grosso, Paraná y Goiás. La cosecha se realiza entre junio y septiembre.
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En general, el maíz es la base de numerosas cadenas productivas. A continuación, enumeramos los principales destinos de este producto después de la cosecha:
Con ello, este nivel de diversificación aumenta la importancia del maíz en los mercados internacionales. Además, aumenta la exposición de los productores y los demás implicados en la cadena a riesgos financieros relacionados con los precios, el clima, la logística y el tipo de cambio.
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Hay varios factores que afectan al éxito de la cosecha de maíz y, por consiguiente, repercuten directamente en la oferta y los precios del mercado mundial.
Entre los principales factores, la temperatura, el régimen de lluvias y la luminosidad son decisivos en todas las fases del cultivo. Por ejemplo, los periodos de sequía o exceso de humedad pueden comprometer tanto el desarrollo de las plantas como el momento de la cosecha.
Es necesario garantizar el suministro adecuado de macronutrientes y micronutrientes a lo largo de todo el ciclo. La deficiencia de elementos como el nitrógeno o el fósforo puede reducir drásticamente la productividad.
La selección de híbridos adaptados a las condiciones locales proporciona una mayor resistencia a las plagas, las enfermedades y las variaciones climáticas.
El uso de buenas prácticas de siembra, control de plagas y enfermedades, riego y monitorización del cultivo marca la diferencia en el rendimiento final de la cosecha.
Dado que este ciclo es tan sensible a las variables externas, los productores y las empresas que operan en la cadena de producción del maíz se enfrentan a constantes incertidumbres. La volatilidad de los precios, los costes de los insumos, los problemas logísticos y los cambios en la demanda internacional forman parte de la rutina de este mercado.
Ante este escenario, los instrumentos de cobertura son aliados importantes. Permiten mitigar la exposición a las fluctuaciones cambiarias, las variaciones de precios en el mercado futuro y los cambios bruscos en el escenario macroeconómico.
Comprender este ciclo del maíz es esencial para quienes operan en un mercado dinámico y sujeto a tantas variables. Desde la preparación del suelo hasta la cosecha, cada etapa influye directamente en la oferta global, en la fijación de precios y en la forma en que los agentes se posicionan ante las fluctuaciones.
En otras palabras, hoy es siempre el momento ideal para comprender cómo se están formando los escenarios futuros. En Hedgepoint Hub, ofrecemos informes periódicos y llamadas con expertos que analizan los mercados mundiales de commodities agrícolas, lo que ayuda a los productores a gestionar los riesgos de manera inteligente.
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