La importancia del riego es un tema candente entre los productores rurales. Esta técnica aporta ventajas e incluso contribuye a la sostenibilidad y seguridad alimentaria del planeta.
Como tecnología de gran importancia, el regadío ha pasado a formar parte de las prácticas de la Agricultura 4.0 y se ha convertido en un aliado para el desarrollo de la agricultura. Aumenta la productividad de la explotación optimizando el uso de los recursos naturales, lo que impulsa los resultados en el mercado de commodity agrícolas.
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El riego engloba las prácticas capaces de aplicar artificialmente agua a las plantas. Por lo tanto, se refiere a los métodos, equipos y sistemas utilizados para proporcionar la cantidad necesaria de agua y humedad para un cultivo determinado.
Los principales objetivos del riego son:
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Ahora que ya ha entendido qué es el riego, vamos a explicarle qué es la Agricultura 4.0, también conocida como la cuarta revolución agrícola. Se trata de un concepto que busca aportar nuevas técnicas para optimizar la producción del campo de forma sostenible.
Con la Agricultura 4.0, los productores pueden mejorar la gestión técnica, operativa y financiera de sus empresas. Para cosechar los beneficios, será esencial planificar correctamente e invertir en tecnología para mejorar procesos de producción como el riego.
Para promover una mayor eficiencia y reducir el desperdicio, las empresas están invirtiendo en alternativas que permitan gestionar e integrar datos, como:
Al integrar el riego con las prácticas de la Agricultura 4.0, los pequeños, medianos y grandes productores son capaces de gestionar sus actividades agrícolas con mayor eficacia. Como resultado, se vuelven más competitivos en el mercado internacional.
En la Agricultura 4.0, la importancia del regadío consiste precisamente en englobar estrategias para aumentar la eficiencia de su uso, con vistas a mejorar la seguridad hídrica y energética. De ello se pueden obtener varios beneficios. A continuación, enumeramos los principales.
En muchas regiones, las precipitaciones son insuficientes o irregulares para satisfacer las necesidades de agua de los cultivos. El riego proporciona un suministro constante de agua. Esto garantiza un crecimiento sano de las plantas durante todo el ciclo de cultivo.
● Aumento de la productividad
El riego impulsa la producción agrícola al permitir múltiples ciclos de cultivo en el mismo año. Como tal, proporciona condiciones para el desarrollo de las plantas, incluso en lugares donde el agua es un factor limitante del rendimiento de los cultivos.
Al supervisar las operaciones agrícolas en tiempo real, sabrá exactamente cuándo es el momento de recurrir a la práctica.
La disponibilidad controlada de agua a través del riego permite diversificar los cultivos de una región. Esto permite elegir plantas más adecuadas para los mercados locales y mundiales, además de contribuir a la seguridad alimentaria y la estabilidad económica.
En periodos de sequía, el riego actúa como medida de adaptación, ya que reduce los efectos adversos sobre los cultivos. Por lo tanto, reduce las pérdidas significativas en la producción agrícola, lo que es especialmente importante en el mercado de commodity, ya que evita fluctuaciones significativas en la oferta y la demanda.
Los sistemas de riego modernos están diseñados para optimizar el uso del agua, lo que minimiza el despilfarro y fomenta la eficiencia hídrica. En un contexto mundial de creciente escasez de agua, se trata de una medida esencial para el conjunto de la sociedad.
El riego en la Agricultura 4.0 ayuda a aumentar la productividad y la calidad de los cultivos, lo que reduce los costes y mejora la sostenibilidad en el campo. Los consumidores, a su vez, pueden rastrear la cadena de producción, obtener alimentos de mejor calidad y saber que se minimiza el impacto socioambiental en la producción.
Aunque el riego 4.0 aún no es factible para todos los productores, es una tendencia creciente. En este sentido, cada vez se busca más la conectividad, centrándose en la eficiencia operativa y la preservación del planeta.
Ya se habrá dado cuenta de que el riego en la agricultura es una herramienta crucial para gestionar los riesgos relacionados con la variabilidad climática. Con él, puedes garantizar una producción estable de los cultivos.
Al suministrar agua de forma controlada y eficiente, el riego ayuda a mitigar los efectos de los periodos de sequía o de precipitaciones irregulares. De este modo, reduce las posibilidades de pérdidas significativas de producción y permite a los agricultores hacer frente a retos climáticos imprevistos.
La técnica también permite a los productores mantener una producción constante a lo largo del tiempo, lo que contribuye a la gestión del riesgo en la agricultura. Además, la gestión de los riesgos de los productos básicos en la agricultura puede mejorarse mediante el uso de instrumentos de cobertura.
El hedge consiste en protegerse contra las fluctuaciones de los precios. De este modo, los productores pueden fijar los precios futuros de sus cosechas. El riego desempeña un papel vital en este contexto porque, al garantizar una producción más previsible, facilita la aplicación de herramientas de cobertura más eficaces.
Así pues, la combinación del riego como herramienta para gestionar los riesgos asociados a la pérdida de productividad agrícola y la cobertura como protección frente a los riesgos del mercado aporta ventajas. Entre ellas, un enfoque global y sinérgico para abordar los complejos retos a los que se enfrentan los agricultores.
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