El WASDE de junio se mantuvo en el campo neutral/bajista. En cuanto a la soja, el remanente de Estados Unidos, la producción brasileña y las existencias finales mundiales, se situaron por encima de las expectativas promedio, aunque no por mucho. La producción de Argentina se recortó, pero en línea con lo esperado.

Asimismo, las cifras del maíz en EE.UU. también se situaron en la mitad superior del rango esperado del mercado, pero no fueron tan bajistas como en mayo. El informe también presentó un aumento de las existencias del país, pero tuvimos grandes sorpresas en las proyecciones para la producción brasileña de 22/23 y las exportaciones ucranianas.

En ambos commodities, el mercado ya empieza a negociar las condiciones climáticas y el USDA solo debe comenzar a hacer cambios en la producción de EE.UU. de 23/24 en julio. Por consiguiente, mientras los cambios en otros países, o incluso en la vieja cosecha de EE.UU., no sean muy grandes, el mercado puede reaccionar con menos fuerza ante los mismos.

Para el trigo, el informe fue extremadamente bajista, principalmente debido al aumento de la producción en la Unión Europea y el Mar Negro. La UE, Rusia y Ucrania juntas sumaron 6 millones de toneladas al balance mundial, lo que refleja las condiciones climáticas muy positivas observadas en la región en las últimas semanas. Con un aumento de la demanda mundial de “solo” 4,4 millones de toneladas, las existencias finales mundiales para 23/24 se situaron por encima del límite superior de las expectativas y ahora se prevé que sean un poco menos justas que en 22/23 desde el punto de vista de la relación existencias/uso.