Negociaciones entre EE. UU. y China: posibilidad de acuerdo y repercusiones en la agricultura

Entienda el escenario de la negociación EE. UU. x China, los impactos de los aranceles en el comercio entre los países y los efectos de un posible acuerdo para la agricultura.

Hedgepoint Global Markets
24-oct-2025 14:03:35

 

El panorama actual de las negociaciones entre EE. UU. y China tiene profundas repercusiones en el comercio mundial y, en particular, en el sector agrícola. La disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo, que se ha manifestado de forma acentuada en una guerra arancelariaha provocado cambios en la geopolítica y en el mercado de las materias primas. Ante esta situacióncobran relevancia las discusiones sobre un posible acuerdo entre Estados Unidos y China, con posibles repercusiones importantes para la agricultura brasileña. 

 

En este artículo, exploraremos:  

 

 

¡Buena lectura! 

 

¿Por qué la relación comercial entre EE. UU. y China es importante para la agricultura mundial? 

 

La relación comercial entre EE. UU. y China, las dos mayores economías del planeta, determina los flujos comerciales mundiales y los precios de

 las materias primas, en particular la soja. China es el mayor importador de esta oleaginosa, mientras que EE. UU. se encuentra entre los principales productores y exportadores. Antes de la guerra comercial, China compraba más de la mitad de toda la soja exportada por EE. UU. En algunas cosechasla adquisición alcanzaba el 70 % de las exportacioneslo que demuestra la importancia de la relación. Esta interdependencia afecta directamente a los precios y la logística del sector agrícola en todo el mundo. 

 

Este modelo se construyó a lo largo de la década de 1980, cuando delegaciones del Gobierno estadounidense llevaron a China las ventajas de incluir la harina de soja en la alimentación de los cerdos. En ese momento, el Gobierno chino vio una oportunidad de industrialización y construyó plantas de trituración de soja en conglomerados en los puertos del país para recibir la soja importada, triturarla y enviar el harina al interior del país para su uso en piensos animales. 

 

Durante décadas, esta relación prosperó y atrajo el interés de otros países, que buscaban aprovechar el aumento del consumo chino de soja, reflejo directo de la expansión de la cabaña porcina en la potencia asiática. Fue en este contexto que Brasil ganó protagonismo, estableciendo con Estados Unidos una alternancia estratégica en el suministro de soja a China. 

 

A partir de este escenario, se observa que las exportaciones de soja tienen un papel relevante en el mercado agrícola estadounidense, ya que representan alrededor del 18 % del total de las exportaciones agrícolas de Estados Unidos. Cualquier interrupción o restricción en este flujo comercial genera efectos en cadena, como el redireccionamiento de las compras chinas hacia otros proveedores. Por ello, el sector agrícola se encuentra entre los más sensibles a las tensiones geopolíticas entre ambas naciones. 

 

¿Cómo afectó la tregua de 2018 a la disputa comercial? 

 

En 2018, Estados Unidos y China iniciaron una intensa disputa comercial marcada por aranceles y contraaranceles. Ese año, durante el primer mandato de Donald Trump, se lanzó el programa «Make America Great Again». En noviembre de 2018, Estados Unidos ya había impuesto aranceles sobre unos 250 000 millones de dólares en productos chinos, mientras que China respondió con aranceles sobre 110 000 millones de dólares en productos estadounidenses. 

 

Ante el aumento de las tensiones, en diciembre de 2018, los presidentes de ambos países se reunieron durante la cumbre del G20 en Buenos Aires. El resultado fue una tregua temporal de 90 días, mientras las dos naciones buscaban negociar un acuerdo más amplio. Durante ese período, China se comprometió a aumentar la compra de productos agrícolas, energéticos e industriales estadounidenses, mientras que Estados Unidos suspendió el aumento de aranceles adicionales que estaba previsto para principios del año siguiente. 

 

A pesar de las negociaciones, no se alcanzó un consenso amplio y los aranceles volvieron a subir en los meses siguientes, acompañados de nuevas contramedidas por ambas partes, en un contexto de conflicto geopolítico y tecnológico. 

 

Disputa tecnológica entre EE. UU. y China 

 

En 2015, China lanzó el plan «Made in China 2025», con el objetivo de consolidar su liderazgo en sectores estratégicos como la robótica, los semiconductores y la inteligencia artificial. EE. UU. comenzó a ver el programa como una amenaza a su supremacía tecnológica y acusó a Pekín de prácticas deslealesincluyendo subsidios estatalestransferencia forzada de tecnología y 

barreras a las inversiones extranjeras. Como respuestaimpuso restricciones a las empresas chinas y limitó las inversiones en sectores sensibles, ampliando la rivalidad más allá de los aranceles. 

 

¿Cuál es el panorama actual de la disputa comercial entre Estados Unidos y China? 

 

El panorama actual de la disputa entre Estados Unidos y China sigue marcado por las tensiones comerciales y tecnológicas. Desde 2018, la guerra arancelaria ha evolucionado hacia un enfrentamiento más amplio, que involucra cadenas de suministro estratégicas, tecnología y liderazgo geopolítico. 

 

En los últimos años, ambos países han intentado estabilizar la relación mediante acuerdos puntuales. En 2025, el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, anunció que ambos países habían llegado a un acuerdo parcial sobre tierras raras y minerales estratégicos, insumos esenciales para sectores como la defensa, la electrónica y las baterías eléctricas. El acuerdo prevé la aceleración de las exportaciones chinas de estos materiales, mientras que Estados Unidos podría suspender algunas medidas restrictivas, siempre y cuando China cumpla con sus compromisos. 

Sin embargo, los presidentes de las dos potencias han intercambiado amenazas y elogios, lo que aumenta la incertidumbre sobre cuándo se producirá realmente la conversación entre ellos y

 cuál será el posible acuerdo al que lleguen. 

 

La disputa comercial también influye directamente en el mercado de materias primas agrícolas, especialmente la soja, ya que China es un gran importador de este producto. 

 

A pesar de los avances puntuales en las negociaciones, el estancamiento continúa. El Gobierno de EE. UU. sigue presionando para obtener un mayor acceso al mercado chino y para que se limiten las subvenciones y las prácticas consideradas desleales, mientras que el Gobierno de China busca preservar su autonomía tecnológica. Los analistas destacan que la disputa actual tiene menos que ver con aranceles específicos y más con el control de tecnologías estratégicas y la influencia en las cadenas de valor globales. 

 

 

¿Cuáles son los posibles impactos de un nuevo acuerdo entre EE. UU. y China para el mercado agrícola? 

 

Un nuevo acuerdo entre EE. UU. y China podría beneficiar al sector agrícola estadounidense, especialmente al de la soja. China suspendió las compras de soja estadounidense en 2025, tras la imposición de aranceles por parte de EE. UU. En febrero de 2025, el Gobierno de Trump aumentó los aranceles sobre los productos chinos en un 10 %, pasando al 20 % en marzo del mismo año, al 34 % en abril y luego al 145 %. En respuesta, China impuso aranceles del 10 al 15 % sobre los productos agrícolas estadounidenses, con una represalia en abril al anunciar un arancel del 34 % y, poco después, del 125 %. En mayo comenzó una tregua de 90 días, que se prorrogó en agosto por otros 90 días. En octubre, el mercado espera nuevas conversaciones entre los dos líderes, y el Gobierno de EE. UU. anuncia la imposición de aranceles del 130 % a China a partir del 1 de noviembre. 

 

Como resultado, las exportaciones de soja de EE. UU. a China cayeron drásticamente. En septiembre de 2025, las compras chinas de soja estadounidense fueron prácticamente nulas, en comparación con los 12 600 millones de dólares registrados el año anterior. 

 

La reanudación de las compras chinas de soja estadounidense ayudaría a aliviar la presión sobre los precios internos y las existencias. Sin embargo, China está diversificando sus proveedores, cubriendo gran parte de su programa de compras. La reanudación de las negociaciones también podría influir en otros mercados de materias primas, como el del maíz. 

 

¿Cómo afecta la negociación de un acuerdo entre EE. UU. y China al sector agrícola brasileño? 

 

Un nuevo acuerdo entre Estados Unidos y China podría afectar significativamente al sector agroindustrial brasileño. Durante la guerra comercial, China redirigió sus compras de soja, maíz y carne a otros proveedores, lo que benefició especialmente a Brasil, que aumentó sus exportaciones y se benefició de la apreciación de los precios internacionales. Un estudio de la UFMG estima que el centro-oeste brasileño tuvo una ganancia potencial de 6940 millones de reales en el PIB regional, mientras que estados como Bahía, Maranhão y Piauí también registraron impactos positivos con el aumento de las ventas externas. 

 

Si ambos países firman un nuevo acuerdo que reanude las compras chinas de productos agrícolas estadounidenses, Brasil podría enfrentarse a una mayor competencia en el mercado chino, su principal destino de exportación de soja. Esto podría ejercer presión sobre los precios en los puertos brasileños y reducir la participación 

brasileña en las exportaciones a China, especialmente en períodos de cosechas récord en Estados Unidos.  

 

¿Cuáles son los caminos futuros y las incertidumbres para un nuevo acuerdo? 

 

Estados Unidos y China han intensificado las negociaciones para intentar firmar un nuevo acuerdo comercial. El presidente Donald Trump ha anunciado que tiene la intención de reunirse con el presidente Xi Jinping durante la cumbre de la APEC, a finales de octubre de 2025, con la soja entre los temas de la agenda. La suspensión temporal de los aranceles impuestos por Estados Unidos expira a principios de noviembre, lo que aumenta la presión para llegar a un acuerdo. 

 

Existen incertidumbres sobre si China volverá a importar soja estadounidense en grandes volúmenes, ya que ha estado diversificando sus proveedores, como Brasil y Argentina. Otro punto pendiente es el alcance del acuerdo. El Gobierno chino presiona para que se suspendan las restricciones a la exportación de semiconductores y tecnologías avanzadas, mientras que Estados Unidos busca acceso a las tierras raras, lo que puede prolongar las negociaciones. 

 

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En un escenario de incertidumbre, especialmente ante las negociaciones entre Estados Unidos y China, es esencial contar con estrategias de protección eficaces. Hedgepoint ofrece datos y análisis detallados del mercado, combinados con herramientas de cobertura, que ayudan a protegerse contra la volatilidad y contribuyen a una gestión más eficiente de los riesgos.  

 

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