La logística agrícola abarca la planificación y ejecución del flujo de productos, suministros y operaciones. Su papel es fundamental para la sostenibilidad del negocio, ya que repercute en los costes de cultivo y en el rendimiento del grano producido.
En este artículo analizaremos los principales aspectos de la logística en la agroindustria y su impacto en el sector. ¡Buena lectura!
Desde una perspectiva macro, la logística de la agroindustria puede dividirse en tres segmentos principales: suministros, apoyo a la producción y distribución. Obtenga más información sobre cada uno de ellos.
El objetivo de la logística de abastecimiento es maximizar la productividad de los cultivos al menor coste posible. Para ello, es necesario controlar las fechas y cantidades de los insumos utilizados (como semillas, fertilizantes y pesticidas). Estos materiales deben llegar en el momento oportuno y en la cantidad adecuada para evitar el despilfarro.
Esta logística se refiere a todo lo necesario para que la producción agrícola se desarrolle según lo previsto. Esto incluye el uso adecuado de la maquinaria, la gestión de existencias, el espacio de almacenamiento y el control de calidad. El objetivo es optimizar el uso de los recursos y garantizar la eficiencia económica.
Se refiere al transporte y la entrega de productos agrícolas al mercado, ya sea local, nacional o internacional. Para ello hay que planificar las rutas, los tipos de transporte, el almacenamiento óptimo durante el transporte y la cantidad a distribuir.
Se necesitan estrategias eficaces para cada tipo de producto, según sus características específicas. Las fresas, por ejemplo, necesitan más espacio para llegar al mercado en buenas condiciones. Otros productos también necesitan refrigeración para mantener su calidad.
Lea también:
Además de estrategias eficaces, la logística en la agroindustria debe ser adaptable. He aquí los principales retos que exigen flexibilidad a la hora de optimizar las operaciones agrícolas:
La mayor parte de la producción agrícola tiene lugar en zonas rurales con carreteras en mal estado. Esto puede provocar retrasos, mayores costes y problemas técnicos en el transporte. Además, la distribución suele cubrir largas distancias, en las que los atascos y las condiciones meteorológicas pueden afectar a los plazos de entrega.
La agricultura es muy susceptible a las condiciones meteorológicas, que afectan directamente al rendimiento y las existencias de los productos. Esto exige rápidas adaptaciones en la logística de almacenamiento, transporte, uso de insumos, ajustes de cultivos y mucho más.
Como los productos se transportan por carretera, barco o avión, el precio del combustible puede repercutir en los costes finales de distribución. El mercado de la energía también funciona como el agrícola y es susceptible a la volatilidad del mercado. Esto significa que es necesario analizar constantemente la logística para mantener unos precios sostenibles.
Unos costes de producción elevados pueden convertirse en problemas logísticos. Cuando se trabaja con valores más altos, hay que encontrar otras formas eficientes de mejorar la rentabilidad del cultivo. Esto acaba implicando a toda la cadena de producción agrícola, desde la compra de insumos hasta la maquinaria y la mano de obra cualificada.
Lea también:
A escala mundial, los conflictos geopolíticos también afectan a la logística agroalimentaria. Su impacto está directamente relacionado con la distribución de los productos, los plazos de entrega, los fletes y los precios finales. Productos como el arroz y el maíz, que se comercializan a escala mundial, pueden ver incrementado su valor cuando los países importadores y exportadores están en conflicto.
A continuación analizamos las posibles consecuencias de las tensiones entre naciones sobre la logística agroalimentaria internacional:
Los conflictos geopolíticos pueden interrumpir o desviar las rutas tradicionales, como el Canal de Suez o el Estrecho de Ormuz. Muchos cargamentos de petróleo que pasarían por el Mar Rojo, por ejemplo, tienen que cambiar su ruta habitual para evitar los conflictos actuales en Oriente. En casos así, los buques tienen que bajar al fondo del Cabo, alrededor de Sudáfrica, y tomar las rutas más largas hacia el Este.
Esta desviación influye directamente en las tarifas de flete de las mercancías. Los trayectos más largos conllevan mayores costes de transporte, que acaban repercutiendo en las empresas y, en última instancia, en el consumidor final.
Las tensiones geopolíticas pueden provocar el cierre de fronteras y puertos, bloqueando las entregas a los mercados internacionales o dificultando el transporte de productos mediante vehículos alternativos.
Los conflictos pueden afectar a la volatilidad de las divisas, alterar los precios de importación y exportación e influir en el coste y la logística de producción de la cadena de producción agrícola.
Según McKinsey, las economías geopolíticamente distantes son responsables de casi el 20% del comercio mundial de mercancías. Tensiones geopolíticas como las mencionadas repercuten en todo este mercado internacional, que utiliza las rutas marítimas para hacer llegar los productos.
Sin embargo, la institución informó de que se está llevando a cabo una reconfiguración comercial para que las transacciones internacionales se realicen a través de países más cercanos geográficamente. El objetivo de este cambio es reducir los costes de distribución, acortar los plazos de entrega y evitar problemas de encaminamiento como éste. Más información en el artículo completo.
Lea también:
Ya sea directa o indirectamente, los costes logísticos repercutirán sin duda en el margen final de su empresa. La logística es uno de los elementos que conforman la basis (la diferencia entre el precio al contado de una mercancía en el mercado físico y el mercado de futuros) y, en consecuencia, el precio final de la mercancía.
En este escenario, la gestión de coberturas en la agroindustria es importante para mitigar los riesgos financieros asociados a la volatilidad del mercado agrícola. Como hemos visto, cualquier cambio en la logística influye directamente en los costes de producción y en el rendimiento financiero de un cultivo.
En estos escenarios se aplican herramientas de cobertura para proteger a los productores de las fluctuaciones de los precios. Mediante el uso de coberturas, los agricultores pueden garantizar precios fijos para el futuro, reforzando su planificación financiera.
En Hedgepoint puede contar con profesionales que entienden el mercado y trabajan con herramientas de cobertura que protegen su negocio. ¡Ponte en contacto e infórmate!