Cuando hablamos de gestión de riesgos en las exportaciones a Asia, no nos referimos solo a la volatilidad cambiaria. Exportar a este mercado conlleva retos que influyen directamente en los resultados financieros del exportador brasileño.
A lo largo de este contenido, comprenderá:
¡Buena lectura!
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Exportar a países asiáticos significa negociar en diferentes monedas, como el yen, el yuan o la rupia. Además, los escenarios suelen ser muy diferentes, no solo geográficamente, sino también en términos de políticas cambiarias y estabilidad económica.
Además, muchos contratos se firman con plazos largos, por lo que el exportador queda expuesto a la fluctuación del tipo de cambio entre el cierre del negocio y la recepción del pago. Por lo tanto, si no se cuenta con una política eficaz de gestión de riesgos, incluso una operación rentable puede terminar generando pérdidas, incluso con precios de venta superiores a los costes.
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Una gestión eficaz del riesgo comienza con la identificación de los factores que afectan a la operación. Al exportar a países asiáticos, los retos más comunes incluyen:
Es el riesgo más evidente. Cualquier fluctuación del dólar frente al real afecta directamente a la rentabilidad. Incluso cuando el contrato está en dólares, la empresa corre el riesgo de que la fluctuación del tipo de cambio afecte a su rentabilidad si no utiliza una cobertura.
Algunos mercados exigen u ofrecen la posibilidad de negociar en moneda local (como la rupia india, el yuan, el won o el yen). En este caso, el exportador asume un riesgo adicional: la fluctuación de la moneda asiática frente al dólar.
Por ejemplo, una empresa que exporta a la India y recibe en rupias (INR) debe seguir tanto el INR/USD como el USD/BRL. Por lo tanto, una devaluación de la rupia frente al dólar reduce el valor final en reales.
Tensiones como las existentes entre China y EE. UU., el conflicto en el mar de China Meridional, la inestabilidad en Taiwán o incluso problemas internos en países como Myanmar y Pakistán pueden generar impactos directos e indirectos. Algunos de estos impactos son: retrasos logísticos, cambios en las rutas e incluso fluctuaciones abruptas en las monedas locales.
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Asia concentra algunos de los puertos más transitados del mundo (Shanghái, Singapur, Busan). Esto conlleva riesgos como:
Estos cuellos de botella se hicieron evidentes durante la pandemia y siguen produciéndose, especialmente en periodos de alta demanda o en situaciones de conflicto.
Los requisitos sanitarios y fitosanitarios cambian constantemente. Un ejemplo real fue Vietnam, que en 2023 retuvo cargamentos de maíz brasileño tras modificar los requisitos de certificación fitosanitaria. Esto tomó por sorpresa a los exportadores que no gestionaban adecuadamente estos riesgos
El tipo de cambio desempeña un papel fundamental en la formación de los precios y márgenes de las exportaciones. Cuando el real se aprecia, el producto brasileño pierde competitividad. Por otro lado, una devaluación del real puede generar ganancias puntuales, pero también provoca inestabilidad y riesgo en los contratos futuros
El caso del sector cafetero ilustra bien esta dinámica. Las empresas comerciales suelen negociar contratos en dólares, pero asumen los costes operativos en reales. Una apreciación repentina de la moneda brasileña conlleva el riesgo de erosionar el margen previsto, lo que repercute en la rentabilidad de la operación.
La gestión de los riesgos cambiarios se basa en el uso de instrumentos financieros que permiten al exportador reducir su exposición a las fluctuaciones del mercado. Entre los principales se encuentran:
Imaginemos una empresa comercializadora que envía azúcar a China cada trimestre. Esta empresa puede contratar un NDF con vencimiento alineado con el plazo de pago del cliente. De este modo, el valor que recibirá en reales será más previsible, sin sorpresas desagradables por el camino.
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¿Existe el hedge natural?
Sí, pero solo es parcial. Si su empresa tiene costes relevantes en dólares (transporte internacional, leasing de equipos o compra de insumos importados), parte del riesgo cambiario se compensa de forma natural.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la cobertura natural no es suficiente para eliminar el riesgo. Esto es especialmente aplicable cuando la mayor parte de los costes son en reales y los ingresos en dólares o en moneda asiática.
Muchos exportadores siguen cometiendo errores básicos en la gestión de riesgos, lo que puede comprometer su rentabilidad e incluso inviabilizar la operación. Estos son los principales:
Estos factores deben supervisarse y gestionarse. De lo contrario, pueden corroer tanto como una variación del tipo de cambio.
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El mercado asiático ofrece oportunidades gigantescas, pero no perdona a los novatos. Exportar sin cobertura es, en la práctica, una apuesta en el mercado financiero, no una decisión empresarial responsable.
Además, ignorar riesgos como la logística, las monedas locales y la geopolítica es renunciar al control sobre su actividad. Las empresas que operan con exportaciones regulares a Asia no pueden depender únicamente de las previsiones cambiarias. Por lo tanto, deben implementar:
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